Descubrir que tenía diabetes tipo 2 a los 41 años fue un punto de inflexión en mi vida. Me sentía completamente agotada, sin energía y con apnea del sueño desde hacía poco más de un año. Un análisis de sangre completo, tras acudir al médico por otro problema de salud, fue lo que me llevó al diagnóstico de diabetes tipo 2.
Jamás olvidaré la llamada de la enfermera, informándome de que tenía la glucosa alta y que mi hemoglobina glicosilada (A1C) era de un alarmante 12,6. En aquel momento, no tenía ni idea de lo que significaba, pero cuando comprendí la gravedad de la situación, inmediatamente empecé a hacer cambios para mejorar mi salud y mi calidad de vida. Cambié por completo mi dieta. Nada de refrescos, dulces, comida rápida, fritos ni galletas (mis favoritas).
Ha sido todo un proceso desde entonces. Me he convertido en una experta en leer etiquetas cuando voy al supermercado, revisando los azúcares añadidos y devolviendo al estante los productos que contienen más de 1 o 2 gramos. He aprendido a pincharme el dedo para medir mi nivel de azúcar en sangre y a inyectarme mi medicamento para la diabetes.
A mi padre le diagnosticaron diabetes tipo 2 hace años, y hace poco, hablando con él, me enteré de que su hermana y uno de sus hermanos (mi tía y mi tío) también la padecen. Supuse que los factores genéticos, sumados al aumento de peso que he experimentado con los años, probablemente contribuyeron a mi nivel alto de azúcar en sangre.
Hablando de esos kilos de más, desde que me diagnosticaron diabetes, he perdido 9 kilos. Ya me siento mejor y tengo mucha más energía cada día. Además, duermo mejor. Mi objetivo es perder un total de 23 kilos.
He tenido un par de días libres de la dieta. En una ocasión, comí pollo frito con macarrones con queso, y en otra, pizza. Pero nunca pierdo de vista mi objetivo y mantengo una actitud positiva. Tener diabetes tipo 2 implica un estilo de vida completo y planeo seguir progresando cada día. También espero con ilusión los buenos resultados de mi análisis de hemoglobina glicosilada (A1C).
Si te han diagnosticado diabetes tipo 2 recientemente, no te centres en lo negativo, sino considéralo una oportunidad para tomar las riendas de tu salud y, como resultado, tener una vida mejor y más larga. ¡Tú puedes!