Diálogos sobre la diabetes

Conoce a Michael: Defensor de la atención de calidad para la diabetes tipo 2

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Man standing in front of U.S. Capitol Building.
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Estaba a punto de pesar 180 kilos y me había dado por vencido. En silencio, empecé a poner todo en orden para que, si yo fallecía, mi esposa tuviera lo que necesitara. Entonces llegó el diagnóstico: diabetes tipo 2. Mi hemoglobina glicosilada (A1C) era de 10.2. Fue aterrador, pero también me dio una oportunidad. Mi médico me recomendó la página web de la Asociación Americana de Diabetes (ADA), y en aquellos primeros días me brindó la información que necesitaba.

Poco después, empecé a tomar Mounjaro. En seis meses, mi A1C estaba en remisión. Y lo más importante, sentí que me habían devuelto la vida. Podía respirar mejor, moverme más y volver a imaginar un futuro.

Lo más difícil es saber que todavía tengo que luchar para mantener la cobertura del medicamento, que lo cambió todo. Y lo que es aún más triste es que a veces pienso en mi diabetes como un regalo, porque me permite acceder a tratamientos que a las personas con "solo" prediabetes todavía se les niegan.

Darme cuenta de esto me impulsó a seguir adelante. Me motivó a alzar la voz y abogar por el cambio. Nadie debería tener que ver la diabetes como una bendición solo para poder acceder a la atención médica. El acceso debería ser la norma, no la excepción.

La ADA me apoyó cuando necesitaba respuestas, y siempre estaré agradecido por ello. Comparto mi historia ahora para quienes se sienten tan perdidos como yo me sentí alguna vez. Quiero que sepan que la esperanza es real, que la salud es posible y que, juntos, nuestras voces pueden ayudar a construir un sistema mejor.