Diálogos sobre la diabetes

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He tenido un largo camino con la diabetes desde los 11 años. Mi páncreas se dañó cuando me atropelló un coche en 1981, así que, haciendo cuentas, llevo 43 años con diabetes tipo 1. He soportado y aprendido a lidiar con la diabetes durante 16.191 días hasta la fecha. Así que sí, tengo experiencia y sigo estando relativamente sano.

Cuando me diagnosticaron por primera vez, se creía que la diabetes era hereditaria, y que la mía había sido simplemente una aparición repentina debido a un traumatismo causado por un accidente en bicicleta. En aquel entonces, en 1981, había poca o ninguna tecnología, y los recursos eran escasos. Me ponía una inyección de insulina NPH una vez al día y seguía una dieta estricta de X calorías, y orinaba en una tira de pH de cetonas; si no cambiaba de color, ¡estaba bien ese día!

Con el paso del tiempo, las glucómetros caseros permitieron controlar la glucosa en sangre y, por primera vez, te devolvieron el control para que pudieras tomar dosis correctivas y hacer ajustes, lo que te permitió mayor flexibilidad en tu vida. Con el avance de la tecnología, a mediados de los 80, la bomba de insulina llegó al mercado y fue una auténtica maravilla. Recuerdo la primera vez que usé una bomba MiniMed 105. Era genial poder controlar tus dosis las 24 horas, pero tenía sus inconvenientes. Sí, en aquel entonces eran agujas metálicas de 19 mm, y sí, si te movías de cierta manera o te rozaban los pantalones o el cinturón, dolía como si te cortaran un cuchillo. Han avanzado muchísimo ahora, con mejores equipos de infusión, monitores continuos de glucosa (CGM) y ahora bombas semiautónomas. Me enorgullece decir que me puse una hace un mes y por fin he conseguido una glucemia casi normal las 24 horas del día, con un 85-100 % de la glucemia objetivo todos los días. Sería perfecto si la vida fuera aburrida y no tuviera una dieta tan variada.

Sí, si analizara todo lo que consumo, tendría la glucosa en sangre al límite el 99 % del tiempo. Digo el 99 % porque hay otros factores que todos sabemos que afectan nuestra glucosa y que a veces escapan a nuestro control, como el estrés, las enfermedades, la digestión (o mejor dicho, la indigestión, jaja) y algún fallo ocasional en el punto de absorción o en el sensor de glucosa.

La Asociación Americana de la Diabetes ha sido un gran recurso a lo largo de los años y sin duda ha mejorado la ayuda, la comunidad y la educación actuales. Solo quería agradecer a sus miembros y a la comunidad en general. Probablemente no estaría aquí hoy si no fuera por su ayuda, educación y recursos para afrontar mis 16.000 días de discapacidad.

Deseo ayudar a otras personas con diabetes, en tecnologías, apoyo, afirmación, educación e incluso en sus carreras profesionales. Debe haber una mejor manera de vivir y superar la discapacidad que nos aqueja.